Es un proceso a partir del interés por el cruising en el metro de la CDMX y la generación de formas para tocarse, alterando el espacio y el tiempo subterráneo bajo el permiso masculino.

Materialmente está ligado a las cactáceas y su incidencia en los cuerpos humanos, dentro o fuera de ellos; desde su presencia en la tierra, su consumo alimenticio, su expulsión e incluso la fantasía de purgar la fricción industrial entre las llantas y el metal del tren que atraviesa la ciudad.

Entre el ocultamiento y la visibilización -conviviendo con imágenes, restos humanos y otros objetos velados- experimenté con el nopal, la sábila, el maguey, el cactus y sus fluidos, generando una especie de jardín olfativo que se pudría y se hacía más penetrante con los días.


I Cuarto de proyectos, SOMA México, 2022


Registro fotográfico x Querida Studio / Fernanda Acosta

El metal se hunde, la baba purga la fricción