En el reflejo la blandura


Parece que Manuel La Rosa guarde un interés particular para las cosas que se esconden.
Su trabajo de artista, detonado desde la orfebrería, todavía conserva un interés por los metales que como los tubérculos, otro material recurrente de la exposición, son elementos extraídos de espacios subterráneos. En su obra, éstos conservan una posibilidad de riesgo - del desplome, del derrumbe, de una herida - que es siempre anunciada, y en relación a la cual Manuel busca un antídoto que no detenga definitivamente, sino suspenda el tiempo en esta incertidumbre, estableciendo desde la escultura una conexión con el deseo de revelación y captura de la fotografía. Manuel, de hecho, es interesado en los rastros o - mejor dicho - en las pistas que son testigos de momentos de presencia y contacto: cabello caído, cabello recolectado, navajas de desecho que llevan células de lxs que la usaron.
Es decir que, otra vez en consonancia con el medio fotográfico, sus obras razonan sobre - o quizás desde - la piel. El artista usa la piel como artificio y la entiende como aquello que es visible y, a la vez, contiene lo invisible que sabemos presente.
Los metales, entonces, desde su materialidad ontologica y desde su uso en la obra de Manuel, se hacen superficies o caparazones de apariencias resistentes y peligrosas que defienden la vulnerabilidad intrinseca de lxs cuerpos que se ofrecen al mundo: cuerpos humanxs o no humanxs, siempre impermanentes y suaves, siempre en riesgo, y siempre sujetxs a relaciones de dominio, defensa y entrega.





Créditos de exposición

Idea y obra: Manuel La Rosa
Texto curatorial: Nina Fiocco
Montaje: José Aros
Diseño: Camila Vega
Video: Fernanda Avendaño

Sala Santiago Nattino - APECh - Santiago de Chile
14.12.22 - 11.01.23